
9 de noviembre, se cumplen 25 años de la caída del Muro de Berlín, un cuarto de siglo de la cicatrización del “costurón” que la II Guerra Mundial dejó en Europa y marcó a sus ciudadanos. Hoy el 64% de los berlineses ve diferencias ente unos y otros. Revisando cifras, las brechas se hacen certeras sobrepasando lo meramente aparente:
El patrimonio de los habitantes del este de Alemania equivale al 44% por encima del de los alemanes occidentales. En 2013 la renta per cápita del este era de 17.700 euros y los sueldos son un 17% más bajos. Ninguna de las 30 empresas que cotiza en el DAX tiene su sede en el este y en la zona de la antigua RDA no hay prácticamente grandes compañías.
No solo en cuestiones económicas se observa el sesgo. Socialmente, un cuarto de siglo después, en cifras de 2010, un 61% de los niños del este nacieron en familias cuyos miembros no estaban casados (un 27% del oeste). Estos niños acuden más a guarderías debido a que más madres del este trabajan fuera de casa. Por otra parte en el oeste un 70% de la población es religiosa, frente al 25% del este. Además, los extranjeros residentes en Alemania, prefieren poblar la zona occidental antes que la oriental (10,5% frente al 2,4%)
Según un estudio de la Universidad Libre de Berlín, la reunificación ha costado alrededor de 2 billones de euros, y aún hoy siguen las transferencias del oeste al este para igualar niveles de vida en forma de incentivos económicos.
Han pasado 25 años desde que en la rueda de prensa de Günter Schabowski se confirmase el 9 de noviembre de 1989, por error, que los ciudadanos de Berlín Este podían viajar libremente sin restricciones (la fecha estaba prevista para el día siguiente). De este modo, inesperado, llegó la salida de los berlineses a las calles, con herramientas de sus propias casas, para cerrar, esa noche de otoño, una etapa con cien personas muertas, intentando pasar el muro. Una separación que no sólo por las cifras, aún duele.
La ciudad de Madrid se ha sumado a los homenajes, con un programa en torno a la reunificación. Al espectáculo del luz y sonido, proyectado en la emblemática Puerta de Alcalá, del 6 al 9 de noviembre, se suman exposiciones en el Palacio de Cibeles y en el Museo Thyssen Bornemisza, además de un ciclo de cine y conferencias en el Instituto Goethe de Madrid. Estas iniciativas podrían ayudar a comprender mejor lo sucedido, aunque para ello… ¡Lo mejor es ir a Berlín!
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