Antes de acabar el año, en 2016, hice una ruta por Cuba. Viajé por mi cuenta. Sin duda, este fue un viaje importante por las ganas que tenía de viajar a este destino. Los motivos son muy variados, pero puedo resumirlos en el interés por conocer el país y su gente, que me apetecía viajar a destino cálido siendo invierno en España y sobre todo, la urgencia de hacerlo “antes de que las cosas cambiasen allí”. Dicho y hecho: viajé a La Habana a finales de noviembre, me dejé el frío en Madrid y viví la muerte y el luto por Fidel Castro.

Antes del viaje a Cuba

En un post anterior, os contaba cómo planear el viaje previo a la ruta por Cuba: vuelo, alojamiento, planificación, etc. Es importante que el pasaporte, el visado y el seguro de viaje, estén preparados desde una semana antes de volar por si surgiese cualquier imprevisto, pues son imprescindibles para la entrada en el país.

Durante el viaje de ruta por Cuba

En Cuba, debido a su forma de vida, es muy difícil tener planeado el viaje de principio a fin sin cambios de planes. No obstante es muy sencillo viajar a Cuba por tu cuenta.

Un viaje a Cuba puede hacerse en cualquier momento del año. Hay que tener en cuenta, eso sí, que de junio a septiembre es época de lluvias. Yo acabo de regresar. Llevaba tiempo pensando en viajar a Cuba y el pasado mes de mayo, mirando vuelos, vi uno de ida y vuelta directo a La Habana, con un precio bastante atractivo. Revisé fechas, pedí las vacaciones y seis meses más tarde estaba en la isla, viviendo la muerte de Fidel Castro y el duelo nacional de nueve días en primera persona: un hecho histórico y una experiencia única que siempre me hará recordar este viaje como el que cambió algo en mí.

Vuelo a Cuba con Iberia  ✈

Hay vuelos con varias compañías y muchos son directos.

Croacia guarda historia tras sus muros, y es que es mucho lo que ha vivido. Una ruta por el país bañado por el Adriático es una solución para conocer historia y cultura y más aún si Juego de Tronos forma parte de ella ¿Quién no conoce la serie? ¿Quién no conoce las historias de los Lannister o los Stark? No solo eso, sino también los entornos donde se desarrollan hacen que sintamos que conocemos ciertos lugares que en la realidad son ciudades al alcance del viajero y no decorados de tierras imaginarias en ningún caso. Abro esta serie con el país estrella en el rodaje de Juego de Tronos, Croacia. Así, hago una ruta de Juego de Tronos por Dubrovnik.

Paseando por Dubrovinik

Desembarco del Rey, la ciudad objetivo para el verdadero heredero del Trono de Hierro, bien merece encabezar el recorrido por los Siete Reinos. Ciudad, que personalmente tuve la oportunidad de conocer bajo el nombre de Dubrovnik.

Como decía, la perla del Adriático representa Desembarco del Rey, la capital de Poniente. Se trata de una ciudad monumental, que respira historia por todas sus calles laberínticas, rodeada de una gran muralla de piedra y de acantilados.

Ruta de Juego de Tronos por Dubrovnik

Aunque se acudió al retoque digital de muchos edificios, se puede imaginar cómo es la ciudad, viendo el Camino de la vergüenza, vivido por Cersei Lannister, por ejemplo.

La lluvia y el frío reciben a uno en Budapest como si de lo normal se tratase. No es fácil dejar esos espléndidos rayitos de sol españoles que alegran a una el invierno, pero todos los males de pasan en los balnearios de Budapest, en el eje del “triángulo imperial”, junto con Praga y Viena.

La ciudad, perteneciente al imperio austrohúngaro mantiene su encanto de comienzos del siglo XX, previo a la primera Gran Guerra; aunque su decadencia mantiene presente el espíritu de todo lo que llegó detrás. Se trata de una ciudad muy rica en entornos naturales. Cuenta con el mayor sistema de cuevas de aguas termales del mundo y eso no se puede desaprovechar. La ciudad dispone de 118 manantiales (naturales y artificiales). Desde ellos brotan a diario más de 70 millones de litros de agua termal a temperaturas de entre 20 y 80ºC.

Cuando se llega a Nueva York (al menos yo) la decepción gana a la alegría, aunque hay ambas. Empecemos por lo bonito. Las buenas vibraciones llegan porque uno cree que está en una película, no se siente extraño y a miles de kilómetros de casa. Lo ha visto todo… y en parte por eso (vamos con la parte mala) se decepciona, porque todo es exagerado, porque no hay sorpresas y todo llega a los límites de la opulencia. Un desasosiego porque los neones siempre lucen igual de potentes.

Pero es Nueva York, no se la puede odiar. Y precisamente por eso, porque no puede ser odiosa, y también por esa sensación de haberlo visto todo antes de realmente haberlo visto, propongo ver (mínimo) diez películas que la enseñan, antes de ir allí… Y quien haya ido ya, las puede revisar, con mucha nostalgia. Las hay mejores, las hay peores… o mejor dicho: las hay buenas y malas, pero todas son grandiosas para conocer la coudad

Nueva York, la ciudad que nunca duerme

Solo en Casa 2

Todo hijo de los años 80 recuerda cuando Macaulay era aquel enternecedor querubín de dorado cabello, aquel niño gamberrete que usaba aftershave y decía: “Estas es mi casa y tengo que defenderla”… Los recuerdos posteriores dejan más que desear…

Todo afortunado que haya viajado a la Ciudad de la Luz no habrá podido pasar por alto la gran torre. Es visible desde casi cualquier punto de la ciudad. Sus destellos durante los cinco primeros minutos de cada hora, un espectáculo kitsch que termina por parecer brillante -nunca mejor dicho- a los deslumbrados viandantes, engalanan aún más a este monumento ya de por sí singular.

La Torre Eiffel lleva siglos siendo la sensación parisina. Lo fue a finales del siglo XIX, construida para la Exposición Universal de París. Conmemoraba el primer centenario de la Revolución Francesa. También lo fue cuando en 1909, fecha de su previsto desmontaje, quedó en pie gracias a la Armada Francesa que instaló en ella una antena de radio. Y así han sucedido los 125 años que el monumento tiene, hasta llegar a la actual y recién renovada primera planta, con suelo acristalado. Una delicia para quienes sufran vértigo.

9 de noviembre, se cumplen 25 años de la caída del Muro de Berlín, un cuarto de siglo de la cicatrización del “costurón” que la II Guerra Mundial dejó en Europa y marcó a sus ciudadanos. Hoy el 64% de los berlineses ve diferencias ente unos y otros. Revisando cifras, las brechas se hacen certeras sobrepasando lo meramente aparente:

El patrimonio de los habitantes del este de Alemania equivale al 44% por encima del de los alemanes occidentales. En 2013 la renta per cápita del este era de 17.700 euros y los sueldos son un 17% más bajos.  Ninguna de las 30 empresas que cotiza en el DAX tiene su sede en el este y en la zona de la antigua RDA no hay prácticamente grandes compañías.