Una visita extensa a La Habana, o una más rápida, dependiendo del tiempo que se tenga, puede marcar la diferencia en el viaje. Otros muchos factores también serán determinantes: el clima, el hospedaje y el tiempo que se pase en la ciudad juegan un papel determinante.
El clima en La Habana
Fui a finales de noviembre y principios de diciembre a la capital cubana, época en la que menos calor hace por allí e ideal para recorrer las calles en manga corta y sin quemarse ni asfixiarse de calor. No preparé demasiado el viaje para ir a Cuba por mi cuenta. He oído a personas comentar el calor que pasaron porque fueron en entre abril y octubre, cuando además también hay lluvias que pueden complicar el viaje. Este es un detalle muy a tener en cuenta a la hora de viajar.
El hospedaje en La Habana
Por supuesto que allí hay hoteles, pero el concepto de estos es un tanto particular, pues son los antiguos hoteles en palacios de postín de la época pre revolucionaria. El concepto de pequeño hotelito no existe. La solución es hospedarse en casas de cubanos, que ponen, a modo de negocio, a disposición de los turistas. Una buena experiencia en éstas puede ser clave, ya que sin internet, las indicaciones de los locales son muy valiosas. También influyen la ubicación y la buena relación con el casero.
Yo estuve dos días en La Habana a mi llegada a Cuba y volví otros tres días antes de marcharme. En mi viaje a Cuba estuve en diferentes alojamientos, por falta de disponibilidad en el primero. En mi segunda experiencia en La Habana, me alojé en casa de Dayana, una chica joven que acababa de poner el negocio familiar en marcha junto con David. Sin duda una muy buena experiencia. Antes me alojé en casa de Magnolia y Wilfredo, mucho más humilde y con una azotea espectacular. El trato fue bueno, pero con Dayana y David tuve mayor comodidad e intimidad.