Los faros, salvavidas en la oscuridad del mar que tanto han ayudado a los navegantes a lo largo de los siglos, están en desuso. Mejor dicho: en nuevo uso. Cada vez más, tienen otros usos. El faro se ha reinventado ¡Qué impresionante tiene que se poder estar ahí arriba durante la noche y sentir el viento y el mar meciéndonos en sus brazos! Pero ya no hay que imaginárselo: sí, se puede dormir en ellos. No en todos, ya que algunos son centros de interpretación o tienen otro uso público.
Dormir en un faro
Rescato mi primer artículo para la Revista Savia donde propuse dormir en algunos faros por el mundo: en Noruega, Países Bajos, Australia, Francia y en España, ya que hay un faro en Finisterre donde pasar la noche. Quien quiera saber más, está invitado a leer aquel número 10 de la Revista Savia (año 2012). Contadme: ¿Dormiríais en uno?