Hace un par de meses hice una ruta por Islandia en invierno. Más bien lo que el clima permite hacer: recorrer el sur de la isla. La primera etapa, unos 200 kilómetros, fue de keflavik – aeropuerto de Reikiavik- a la ciudad más meridional de Islandia: Vík í Mýrdal en Islandia. ¡Te cuento cómo fue mi ruta de Reikiavik a Vik!
En este post hablo de...
Qué ver en la ruta de Reikiavik a Vik en Islandia
Lo primero que vas a ver en este caso es la oficina de alquiler de coches en Reikiavik. Tengo previsto escribir un post sobre este tema, así que sigo adelante. Os voy a contar qué ver en la ruta de Reikiavik a Vik en Islandia: lugares más solitarios o más concurridos. Pero primero, veamos el mapa.
Llegada a Islandia: desde el aeropuerto de Reikiavik a Vik
Del aeropuerto hay que ir, inevitablemente, hacia Reikiavik. En ese camino uno termina de comprender la naturaleza salvaje que verá en la ruta por Islandia, si bien en el mismo aterrizaje, entre campos volcánicos, da tiempo a intuirlo, como podéis ver en el video del aterrizaje en Reikiavik que grabé:
Ya, a las puertas de la ciudad, la famosa Ring Road que rodea toda la isla, aguarda. Será tu mejor amiga durante los próximos días.
Supermercado en Islandia
Lamento que la primera parada no sea todo lo impresionante que a uno le gustaría, pero sin duda, es el supermercado Bonus (el del cerdito). Como bien habrás oído, Islandia es muy caro. Te lo confirmo. No solo eso, sino que además no esperes encontrar cafés, bares, restaurantes o tiendas en cada esquina. Por todos estos motivos te recomiendo echar un ojo a mi post de cosas imprescindibles para llevarse a Islandia. Yo lo tuve claro: había pocas horas de sol y pocos sitios donde comer sin dejarse un riñón, así que llevé algo de comida envasada desde España, para ir tirando a lo largo del día de ruta. Volviendo al supermercado: abastécete ahí en tu ruta de Reikiavik a Vik.
Oddi en Rangárvellir: centro del saber medieval
Una pequeña iglesia fue en otra época un núcleo centro del saber y el poder medieval en el sur de Islandia. Tiene mucha mas historia de la que se refleja. Es un punto poco frecuentado en el camino, pero recomiendo pararse unos minutos a verlo porque merece la pena.
Skogafoss, la impresionante cascada
Todo lo que acabe en “foss” significa “salto de agua”. En este caso, hablamos de la cascada de Skogar, el pueblo más cercano. Si bien es normal, mientras se conduce, ver cataratas que surgen entre las montañas -algo sin duda impresionante-, hay otras más grandes, como Skogafoss, que merece la pena detenerse a admirar.
Así, el río Skógá cae por los acantilados. Hay un gran aparcamiento donde dejar el coche. También, unas escaleras, te suben casi al cielo para admirar los últimos metros de recorrido fluvial antes de saltar entre las montañas a 62 metros de altura.
Vík í Mýrdal: a medio camino entre Reikiavik y Hofn
Esperaba llegar a una gran ciudad y, comparado con los núcleos de población europeos, podría decirse que Vik no llega ni a ser un pueblo. Son cuatro calles, con la iglesia en la colina y las playas de arena negra a los pies. Con ello advierto: no esperes disfrutar de una ciudad. En este viaje solo importa la naturaleza. Si tienes tiempo suficiente, pasea por las playas y los alrededores. Si no es invierno, verás los pájaros típicos de la isla: los frailecillos. Pero si el tiempo escasea, sube a la iglesia. Desde allí se tiene una buena vista panorámica del pueblo y la playa, con los tres trolls en el mar.
Dónde dormir en Vík í Mýrdal
Pasado el pueblo, en dirección a Hofn, a cinco kilómetros, se encuentra el complejo hotelero Katla hofdabrekka, a los pies del poderoso volcán Katla. La relación entre calidad y precio es muy buena (hablamos de Islandia), sobre todo teniendo en cuenta que si vas en invierno, como fui yo, es temporada baja. Hay aparcamiento, restaurante, bar con happy hour y lo más importante: hot tub (con agua geotermal) y sauna.
Al estar en un lugar aislado, basta con apartarse un poco del edificio iluminado para intentar ver las auroras boreales. Digo intentar, porque no siempre es posible, pero mejor hablo en otro post sobre las auroras boreales.
A tener en cuenta: el tiempo en Reikiavik e Islandia
Ya lo he contado en otros posts sobre Islandia en invierno: a nosotros nos pilló una tormenta de nieve durante dos de los cuatro días que estuvimos. Por eso no tuvimos mucha suerte a la hora de ver las auroras boreales. Tienes que tener en cuenta que el tiempo manda en un viaje de invierno a Islandia. Igual tienes que cambiar de planes por razones de seguridad, pero estos cambios también le dan riqueza al viaje. Tenlo en cuenta y no te arriesgues a cumplir un plan a rajatabla. Lo bueno: la maravilla de paisaje invernal. Cada vez que me acuerdo me entran escalofríos. Merece la pena.
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