Templos de la alta perfumería

En el número 34 de la revista SAVIA, del grupo Amadeus, se ha publicado un artículo firmado por mí. En él hablo de los peculiares lugares donde pueden encontrarse perfumes nicho, un nuevo concepto que cada vez cuenta con más adeptos. Se trata de lugares de alta perfumería donde conseguir fragancias únicas, acudiendo a expertos que las elaboran a medida para sus clientes, o bien, comprando uno de esos frascos de cortas tiradas firmadas por los perfumistas más reconocidos. Entrar en estas boutiques de alta perfumería es como transportarse a otra dimensión. Aquí os muestro las fotos hechas en Senteurs D´Ailleurs, en Bélgica. 

La exclusividad se mantuvo durante siglos

Desde antiguas civilizaciones como la egipcia o mesopotámica, que utilizaban las esencias como bienes sagrados, hasta bien entrada la época de las luces. Italia se llevó la palma. Luego, Francia le hizo la competencia en su época dorada, con aromas para burgueses adinerados, hasta el punto de llegar a la industralización del mercado.

Primeras décadas del siglo XX de alta perfumería

El ejemplo más conocido: Chanel Nº 5. Cada seis segundos se vende en el mundo un frasco de esta fragancia. Creada por Ernest Beaux y utilizada por miles de mujeres desde hace décadas; algunas, incluso,  prefirieron utilizarla como pijama para dormir.

Hoy, muchos de los mejores perfumistas como Thierry Wasser y Jean Caude Ellena trabajan para las grandes casas de alta perfumería del sector como Guerlain y Hermès, respectivamente. Precisamente, Ellena, proviene de la ciudad francesa de Grasse, donde se desarrolla la novela de Süskind, El Perfume. Se trata de una ciudad situada en los Alpes marítimos cuyo principal sustento es la industria perfumista. Es posible gracias a la abundancia de materias primas de la zona. Es más, Chanel posee plantaciones de rosas y jazmines allí. Estos productos a su vez, también se utilizan para la confección de perfumes exclusivos en las casas de perfumes, sobre todo, europeas. ¡Os invito a leer mi artículo!