Visita a los campos de lavanda de Brihuega, en Guadalajara

La Lavanda no espera. Sólo llega a su máximo esplendor durante apenas 15 días al año: del 5 al 20 de julio aproximadamente. Con motivo de tan magno evento de la naturaleza, los campos de lavanda de Brihuega (y el pueblo de Brihuega, en Guadalajara), se visten de gala para acoger a visitantes y mostrar que La Provenza francesa no tiene nada que envidiarles.

¿Cómo llegar a los campos de lavanda de Brihuega?

Es fácil desde Madrid, si se va en coche: la carretera A2 a Zaragoza tiene una salida a Brihuega (salida 73). Desde ahí, hay que llegar a los campos de lavanda de Brihuega, que tienen su ubicación directa en Google Maps.

¿Dónde aparcar en los campos de Brihuega?

Los campos de lavanda de Brihuega tienen un aparcamiento justo enfrente (en un camino). Conviene ir con tiempo porque hacia el atardecer, es cuando más gente visita los campos de lavanda y ya está lleno. Hay gente que también va al amanecer, pero eso ya es para nota.

¿Hay que reservar, pagar o sacar algún tipo de entrada para ver los campos de lavanda de Guadalajara?

No hay que reservar, ni sacar entrada ni nada de eso. En los campos de lavanda de Brihuega que visité yo (los de Google Maps), hay dos zonas: una acordonada e inaccesible, con un cartel de “Coto Privado” y otra totalmente accesible, sin reserva, sin pago… Nada. Solamente hay que ir y disfrutar de la experiencia de los campos de lavanda.

¿En qué fechas ir a los campos de lavanda de Guadalajara?

Los campos de lavanda de Brihuega siempre están ahí, pero su máximo florecimiento es en julio. Es en esa fecha cuando más vivos están: más florecidos y coloridos. Su intenso aroma y zumbido de las abejas, acompañan la experiencia sensorial de esta visita.

Parece increíble, pero al menos, desde mi perspectiva de habitante de una gran ciudad, la experiencia de ir una tarde al campo y buscar en internet cada detalle para planearlo, me hizo darme cuenta de lo poco acostumbrada que estoy y lo poco que voy. Lo mejor es ir al campo, sin más, y disfrutar de la aventura. Prometo hacerlo más a menudo.